Sin perder la esperanza soñar, reír y llorar.
Sin perder la esperanza observar, aprender y actuar.
Sin perder la esperanza, a veces se pierde
Pero gracias a la resistencia humana en los lugares más inhóspito y hostiles no tenemos más obligación que resistir y persistir en ti.
Vida

jueves, 13 de diciembre de 2012

X Asamblea IU: O el ombligo o la gente. Toca no defraudar a una sociedad necesitada de alternativa

Mañana 14 de diciembre de 2012 y durante todo el fin de semana tiene lugar la X Asamblea de IU, en la que participarán unos 1000 delegados y delegadas de dentro y fuera de IU. Este inicio aperturista ya es bueno, a mi entender, porque en la vocación de esta organización cuando nació allá por 1986 era sumar y converger en un proyecto político común el mayor número de personas y colectivos pertenecientes a la izquierda de este país. Por eso mismo nuestra fuerza política no se define ni tan siquiera como partido político, si no que nos definimos como movimiento político y social. Fue una magnífica forma de empezar la ambiciosa andadura de unir a la izquierda en un frente común. 

Hoy, 26 años después, y tras muchas vicisitudes, cambios, bajadas y subidas en lo electoral, y en lo organizativo, IU se muestra claramente como una fuerza política en constante alza. No la suficiente como para ser todavía alternativa, y esto pese a la injusticia de una ley electoral que secuestra los votos de miles de personas que confían en IU pero que acaban por el sistema de restos beneficiando a los partidos mayoritarios. Aparte de este robo que sufrimos, está claro que hoy las condiciones sociales y políticas marcan nuevos retos y nuevas formas, marcan un sendero que es el que debemos estar dispuestos a recorrer. Nadie dijo que fuera fácil, eso ya lo sabíamos, pero como ya se ha dicho en multitud de ocasiones, es momento de estar a la altura. 

Bien, quiero dejar aquí mi humilde aportación a una Asamblea a la que lamentablemente no podré asistir y me he visto obligada a renunciar a ir como delegada debido a un problema de salud. Pero esto no me impide pensar, leer, y escuchar lo que se escribe y dice desde diferentes sectores de IU sobre tan importante cita para los que consideramos a IU como nuestro referente político y social. Y porque me preocupa e importa la respuesta de IU este fin de semana es por lo que dejo aquí esta reflexión sencilla de una militante de la izquierda de toda la vida.

No soy muy dada a hacer discursos personalistas contando mi trayectoria social y política, creo que para llegar a la mayoría social uno tiene que hacer un diagnóstico y luego presentar propuestas y alternativas. Esta es generalmente mi línea de intervención pública en cualquier acto o charla, entre los dos tipos de "yo" me quedo con el colectivo, pero ante esta Asamblea donde veo algunas cosas que se repiten a lo largo de nuestra historia, ante determinados tópicos de uso fácil, ante modos rarunos de actuar haciendo declaraciones mediáticas en lugar de hacerlas en el interno de la organización, y, ante unas herramientas que ya están muy manidas, no tengo más remedio que hacer, aunque sea por una vez, un discurso sobre por qué una sigue en IU. 

Corría el año 91 y la que suscribe, decidió en mitad de la guerra del Golfo y mientras estudiaba Derecho y gracias a la conciencia transmitida en la Universidad por profesores comprometidos, ese espacio imprescindible de recuperar hoy como lugar de conocimiento y acción colectiva, afiliarse a IU, en Alicante, que es de donde procedo y la ciudad en la que me he criado hasta el año 2000. 

Pasé en EUPV unos cuantos años y como es característica de la izquierda, la pluralidad estaba presente, como lo sigue estando ahora, y entonces se produjo una escisión en IU donde determinados sectores fundaron el PDNI y en el que por pura ignorancia e inocencia de sus futuros vínculos con el PSOE  acabé participando afiliada. 

En el momento en que se produjo el salto de la inmensa mayoría de los afiliados del PDNI al PSOE, la que os habla, se marchó a su casa. Yo quería seguir apostando por esa unidad de la izquierda, pero nunca en la casa común de la socialdemocracia, esa que va y viene al son de los cánticos que más le favorecen electoralmente. No, mi proyecto político de vida era otra cosa, y me sentí perdida y abandoné. Abandoné la lucha directamente política, no la que nunca puede olvidarse, la doméstica, la cotidiana, la que nos hace ser como somos por nuestro modo de vivir. Y ahí permanecí durante unos cinco años aproximadamente. Me acerqué a los movimientos sociales, a los ligados a la solidaridad internacional y a los feministas, y anduve aprendiendo en ellos hasta que llegué a Andalucía, hace ahora 12 años.

Entonces decidí volver a afiliarme a IU. El gusanillo de la acción política estaba ahí, y una vez superado un tiempo de reflexión, necesario totalmente para ubicarme, llegué de nuevo a mi lugar de origen, al espacio politico del que me enamoré en el 91 y que recuperé en estas tierras de jornaleros y obreros de la construcción, en esta tierra de mujeres rurales y de supervivencia. 

Siempre se me ha calificado como independiente, porque el mayor tiempo que he pasado afiliada políticamente lo ha sido a IU, y lo ha sido porque ese es y sigue siendo mi proyecto político colectivo, con las bases fundacionales del mismo, con su ambición nada sencilla pero imprescindible. 

En Granada ciudad, pasé cuatro años coordinando IU, años de sabor agridulce, es el precio que paga todo coordinador o coordinadora por serlo, no es tarea fácil, pero como me decía hace poco José Manuel Mariscal, Secretario del PCA en Andalucía, alguien tiene que hacerlo, y lo hice, con cariño, con intención de sumar dentro y fuera de IU y con constante ánimo de unidad. No sin baches y no sin errores, como todo el mundo, porque somos humanos, y, sobre todo, porque como se suele decir, el que puede errar es quien hace, quien ni lo intenta nunca se equivocará y estará libre de pecado. Yo prefiero equivocarme, pero al menos que nadie pueda decir que no lo intentaste. 

Hace cinco meses, cuando dejé de ser Coordinadora Local de IU, porque ahora soy Concejala y creo que es bueno no recargarse de tareas tomé una decisión que tengo pendiente toda mi vida: afiliarme al partido comunista. Y oye, que no me han salido ni cuernos, ni rabo, ni he notado cambio alguno en mi modo de pensar, de hacer ni de decir. Sigo siendo la misma, pero si de algo te sirve la vida, los años que pasan, es para aprender y ver las cosas desde toda su amplitud, y soy comunista, no es que lo haya descubierto ahora claro, siempre he vivido como tal y ese considero que es el camino que nos define a los que creemos en el cambio de un sistema que se basa no en proteger y defender a las personas sino en los intereses de un capitalismo que hoy vemos con toda su amargura las consecuencias feroces sobre la gente. Por eso decidí finalmente entrar en el PCA, porque a estas alturas de la vida, y por supuesto respetando enormemente a quien no pertenece al partido, es el referente más sólido y firme con el que cuenta IU como proyecto político radical continuado y que ha pervivido a lo largo del tiempo, por su historia y su formación, por sus aportaciones para producir los cambios tan ansiados que muchos llevamos intentando producir en la sociedad durante tantos años.  Lo que evidentemente os es ni puede ser obstáculo para que IU siga creciendo. Por eso volví a IU, porque creo en ella.

Hoy vemos, sin ser novedad, nuevos ataque al PCE, y una que lleva tan solo unos meses afiliada al mismo se pregunta ¿hace siete meses como no afiliada al partido comunista era más válida, mejor persona, más abierta, menos sectaria como dicen, que ahora? No, lo siento pero no. Me parece un error descomunal venir con el cuento de siempre y creo que lo que ahora toca es apostar por un debate de ideas, de políticas coherentes y de gran responsabilidad con los tiempos que vivimos, caminar por ese espacio que se abrió hace cuatro años en IU de intención de ser alternativa, de sumar para hacer ese frente, bloque, o cómo quiera llamarse, me es indiferente el nombre, a toda la sociedad de izquierdas, y a la que no sabe que lo es, que hoy precisa urgentemente una organización capaz de representarla, una fuerza política que no se vende a las políticas neoliberales y que mantiene muy viva la lucha colectiva y la memoria de nuestras acciones pasadas, en los aciertos y en los errores, pero que, en ningún caso puede permitirse en estos momentos desviarse de lo importante: la reivindicación de la política como arma del pueblo contra el poder vendido a la Troika y al mercado, contra los intereses privatizadores de la derecha y de los que hacen políticas de derecha cuando gobiernan, contra el desmantelamiento total y absoluto de nuestro maltrecho estado del bienestar. 

Hoy toca como bien dice el estupendo spot lanzado por IU transformar, organizar la rebeldía y convertirla en alternativa. Y desde toda mi experiencia y trayectoria, y sin temor a equivocarme, estoy convencida de que el camino ya está iniciado, toca reforzarlo y seguir trabajando por la unidad de la izquierda si queremos estar a la altura de las circunstancias. Y el éxito cosechado hoy para IU en las últimas elecciones generales, así como en Andalucía, que continúa en cada encuesta sumando mayor número de simpatizantes, se debe a ese esfuerzo que se hizo en la IX Asamblea de IU, y por la que apuesto con toda claridad. 

Nunca me he sentido cercana a los discursos de liderazgos y de proyectos personalistas, nunca de la no autocrítica de las decisiones tomadas que perjudicaron gravemente a IU, yo me quedo con el espíritu que fundó IU, y que con mucho que hacer aún, nadie dijo que fuera fácil hacer la revolución, representa la dirección encabezada por Cayo Lara. Su honestidad, su buen hacer públicamente no sacando a la palestra diferencias o conflictos internos le honran. En estos días he visto a mucha gente en las redes sociales y en prensa hablar de listas alternativas, hablar de enfrentamientos, hablar de coacciones y de blindaje, hablar de cosas y fantasmas que no veo. Me quedo con quien habla de ideas, de debate y de propuestas. Pero lógicamente, porque no somos etéreos, hay que ponerle nombres a las mismas, hay que forjar un gran equipo, plural y colectivo, responsable, leal y comprometido.

Toca reforzar IU, toca sumar y no resignarse a ser devorados por el bipartidismo, toca hacer grandes esfuerzos para que la mayoría social nos vea como el referente de izquierdas necesario para cambiar la forma de hacer y entender la política. 

Mi deseo es que haya una asamblea próspera en debate y que salga con un lema y unos objetivos claros para avanzar en eso de refundar la izquierda. O eso, o moriremos en el intento y echaremos por tierra la lucha colectiva de nuestros abuelos y abuelas, de tantos compañeros y compañeras, de tantos camaradas, que se dejaron la vida para construir mínimamente un estado social y de derecho que hoy se viene abajo.

El siglo XXI debe ser el tiempo de las personas, el siglo donde recuperemos la cultura y la educación para un pueblo que la precisa con urgencia para ser libre, donde recuperemos, si no reinventemos, una economía puesta al servicio del interés general y no de la banca ni de sus brazos políticos. 

Lo importante no es solo estar, hay que ser, y lo importante no es solo lo que dices que eres sino demostrar en cada paso diario que lo eres. Dejemos las ambiciones personales y los codazos aparte, a Marcelino Camacho, a Pasionaria, a Rafael Alberti, a Miguel Hernández, les daría vergüenza comprobar que esto sigue siendo el mal de la izquierda. El enemigo es muy grande y no tiene escrúpulos, y no está en IU, seamos serios y respondamos como debemos en estos tiempos de tortura ciudadana, como se merece esta organización. No es tiempo de perder más oportunidades haciendo sangrar un proyecto político colectivo que hoy está más vigente que nunca. Y que por fortuna está en constante construcción

Salud, república y a por una asamblea fructífera, por el bien de todos nosotros y sobre todo por el bien de los que nos miran desde fuera. 

Estamos aquí por ellos, siempre lo hemos estado. Dejemos de mirarnos el ombligo y miremos dignamente a los ojos de la calle y de los que sufren, el resultado de esta asamblea debe ser que mantengan la esperanza en nuestra alternativa política y que se sumen a ella. De lo contrario seremos devorados por ese capitalismo rearmado y que sabe que nos tiene enfrente, mientras pensamos qué queremos ser de mayores.

No dejemos enterrar nuestra lucha, nuestra experiencia, nuestro esfuerzo ni nuestras victorias. Nuestros hijos y las generaciones futuras nunca nos lo perdonarían.






















































 


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