Sin perder la esperanza soñar, reír y llorar.
Sin perder la esperanza observar, aprender y actuar.
Sin perder la esperanza, a veces se pierde
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Vida

viernes, 6 de mayo de 2016

A propósito de Fiscales y vulneración de sentimientos religiosos


España no es un Estado laico, sino aconfesional. Que no es lo mismo. Se reconoce la libertad religiosa pero no el laicismo institucional. 

Artículo 16 de la C.E. "Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones"

Va siendo hora de que partiendo de esa libertad religiosa, y que debe quedar dentro del ámbito personal y del dios al que cada cual profese su fe, este Estado, más pronto que tarde se declare laico. Por respeto a los que no profesamos ninguna religión y porque al fin y al cabo, desde lo público los gastos no deben cubrir aquéllos en los que muchos no nos sentimos representados y por tanto suponen un trato de favor hacia cualquier creencia religiosa, generalmente la católica, tanto en actos institucionales como en lo que supone para las arcas públicas que no cubren esas otras necesidades que sí debieran ser prioridad y no las de mantener o colaborar financieramente con colectivos que a muchas no nos aportan nada, pero que sí son subvencionados con nuestros impuestos.

Que cada cual busque sus vías de sostenimiento, porque las ofensas, a propósito de lo ocurrido con Rita Maestre y las palabras de la Fiscal sobre el alardeo de putas o bolleras, deben terminar de una vez. España no es un país libre, no, la libertad de expresión queda pendiente en un Estado que en los 80, con la "movida" despertaba más respuesta social, provocaba más transgresión y a la vez menos escándalo público que hoy en pleno siglo XXI. 

Los sentimientos religiosos parece que deben estar protegidos por la ley, por la Justicia, pero ¿y los sentimientos que continuamente ataca la iglesia católica hacia los no creyentes? ¿quien los protege?

Recuerdo hace ya muchos años, cuando hice un seminario sobre práctica judicial no sexista que, estudiando sentencias, te encontrabas con fallos ante, por ejemplo, un caso de violación de una mujer de 55 años, en el que se aplicaba una atenuante hacia el sujeto violador dado que "ella era una hembra en edad no placentera y por tanto no podía menos que agradecer lo que le estaba sucediendo". Sentencia real y ejecutada en estos términos. 

También sobre sentimientos religiosos me viene a la memoria el día en que enterraron a la abuela de mi compañero, y, en la misa, el cura, ni corto ni perezoso, en medio del dolor de la familia, se permitió interrumpir la homilía para sacar el cepillo y pedir a los feligreses que aportaran lo que pudieran porque el reloj de la iglesia estaba roto y eso no se podía consentir. Los sentimientos ante la muerte de un ser querido no fueron en absoluto respetados por los sirvientes de esta religión y sí, fueron ofensivas sus palabras porque no respetaron el dolor de esta familia. 

Ayer, el periódico Ideal de Granada, recogía un reportaje acerca de 95 pueblos de la provincia en los que no hay ni bancos ni cajeros. Bien, casualmente sacaron el pueblo en el que vivo, y para más inri, al farmaceútico como voz entrevistada ante estas carencias de instituciones financieras. Pues bien, no solo de bancos y cajeros vive el ser humano, también de lo que a una le haga falta cuando acude a una farmacia y fíjense, esta es la única que hay en mi lugar de residencia y el individuo que la regenta es miembro del Opus Dei. 

Hasta ahi bien, obviamente no comparto ningún postulado de esta secta pero claro, si eso lo llevas a un negocio que, además es el único del pueblo, que resulta que aún hay mucha gente que no tiene carné de conducir y que, resulta, que no vende productos anticonceptivos porque en palabras textuales "el no usa de los mismos", pues nos encontramos con una violación del derecho a la salud, sobre todo de las mujeres y una vulneración de la normativa andaluza sobre el número de envases, cajas, etc, que obligatoriamente deben tener a la venta las farmaceúticas. Sí, eso nos pasó a mi chico y a mí en el 2006, cuando tras contraer matrimonio civil y, pretendiendo adquirir una caja de preservativos, este sujeto se permitió contestarnos como señalaba anteriormente. 

Y se quedó tan pancho, porque como él no usa, los demás tampoco tenemos derecho a usarlos, y de objeción de conciencia nada, que la ley lo obliga. Pero no denunciamos, llevábamos sólo un año viviendo en el pueblo, de 1.000 habitantes, y no queríamos empezar con enemistades públicas, cosa que de todos modos acabó sucediendo cuando junto a un puñado de vecinos y vecinas decidimos paralizar una operación urbanística de enorme daño arqueológico y medioambiental. 

El caso es que nosotros somos afortunados, tenemos coche y conducimos y ya nunca más compramos en esa farmacia, pero como decía, hay mucha gente que no tiene más remedio que acudir a la misma. No, en mi pueblo no hay cajeros ni bancos, pero tampoco condones, ni pastillas anticonceptivas, ni nada que suponga un obstáculo para la procreación humana, y no, tampoco hay nadie que obligue a este tipo a cumplir con la ley. 

Nada, que tenía ganas de compartir estas cosillas de andar por casa, de experiencias y sucesos que una va acumulando a lo largo de su vida y que, nos guste o no, suponen una imposición de jueces, magistrados, fiscales y curas a la libertad de no ser creyente y de violación de nuestros sentimientos  laicos y que van unidos claramente a la ideología que se tiene.

Putas, bolleras, zorras, asesinas abortistas, locas histéricas que usamos el feminismo para acabar con la familia...no es por nada, pero esto sí es un escándalo, digo, el mantenimiento en pleno siglo XXI de unas instituciones arcaicas, retrógradas y ofensivas hacia las mujeres mayoritariamente y, de un poder judicial que todavía está muy lejos de ser imparcial. Y es que ya se sabe, la interpretación y aplicación de las normas es muy subjetiva y si algo aprendí cuando estudiaba leyes era precisamente eso, que los jueces tienen un poder omnímodo. 

Y la Iglesia católica como esa gran favorecida del Estado español comparte ese poder, y lo aplica en sus discursos domingueros a los beatos y beatas. Sean fiscales, curas o farmaceúticos, tienen ideología y claro que alardean de ella. Todo lo que pueden, tienen espacios pagados con fondos públicos para ofendernos.
Y no pasa nada.

(Exceptúo porque es de justicia, hablando de mi pueblo, al que ha sido cura durante muchos años y que precisamente lo que comentaba arriba acerca de la operación urbanística que paralizamos, él si lo usó en sus homilías, pero para defensa del patrimonio del pueblo, de la cultura y de la naturaleza, que excepciones haylas, y él si se comprometió con su entorno, con el vecindario y perdió por ello un buen número de feligreses)

A ver si dentro de un mes y medio con esto de la confluencia en la que muchas
creemos, somos capaces de acabar con este régimen, que decide qué ofende y que no, y que además, y es lo peor, juzga por ello.





















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