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Vida

jueves, 14 de enero de 2016

La lactancia materna como punto de partida para el debate

Ayer en el Congreso de los Diputados algunos de los grupos políticos de nueva entrada en el hemiciclo quisieron que se visualizara los cambios tras el 20D a través de diferentes gestos, sea en el modo de acatar la constitución española, sea en el modo de llegar al parlamento, sea en imágenes como de la que quiero expresar mi opinión hoy referida a la de la diputada de Podemos Carolina Bescansa y su bebé. 

Bien, este es un tema que da para muchas interpretaciones, yo me remitiré a casos concretos y a dar mi punto de vista. 

Soy madre de dos niños y a ambos les he dado el pecho, es una opción personal que cada madre elige, sea porque quiere hacerlo, no quiera o porque no puede por motivos físicos (a mi hermana mediana le pasó, tras coger unas fiebres altísimas se le cortó la leche, sin embargo a mí tras unas anginas enormemente debilitadoras y también muy febriles la leche seguía allí). Todas las opciones son respetables. 

La cuestión es dónde empieza y dónde acaba la maternidad así como los prejuicios aún existentes sobre la lactancia y sobre la elección asimismo de las mujeres sobre cómo quieren vivir su maternidad. Que en la mayoría de los casos hoy en este país, lamentablemente, aún no puede ser motivo de elección. 

A mi primer hijo le di el pecho todo lo que pude, no trabajaba en ese momento y podía y quería hacerlo, al segundo, unos cuatro meses y medio aproximadamente, ya que tras la baja maternal la lactancia duró hasta que mis pechos se cansaron de sufrir el sacaleches y entonces se termińo el amamantamiento. 

En ambos casos mis bebés durante la lactancia han venido conmigo siempre a dónde ha hecho falta, reuniones de pocas horas y eventos, pero no al lugar del trabajo remunerado y de largas jornadas que considero no es lugar para los mismos. 

Para mí hay varias cuestiones en el hecho de ser madre y de optar por la lactancia. La primera e indiscutible es que si una mujer elige dar el pecho sólo la mujer puede dar el pecho, por lo tanto queda fuera de debate que los hombres puedan sustituir a las mujeres en este punto, obviamente hablamos de amamantar, porque si la opción es dar el biberón, todo cambia radicalmente y ahí si entran los varones que pueden (y deben) hacerlo igual que las mujeres. 

Otra cuestión es cómo elegimos vivir la maternidad, cambian mucho las cosas cuando se tiene o no trabajo, en mi caso, con mi primer hijo al que pude dar más tiempo el pecho porque no trabajaba fue contradictoria la sensación por la que pasé, por un lado quería dar el pecho pero por otro me agobiaba sobremanera saber que podía hacerlo porque no tenía trabajo a la vista. En el segundo caso, la incorporación al trabajo supuso básicamente el cierre del grifo de la teta y cierta frustración por ello. A mí, teniendo la certeza de volver a trabajar me hubiera gustado poder disfrutar de más tiempo de baja por maternidad, disfrutar de excedencias así como de flexibilidad con ampliación de las horas de lactancia, yo personalmente nunca he dado el pecho estrictamente cada tres horas, como dicen muchos manuales pediátricos, sino a demanda, y esto supone que puede ser a las dos horas o a las cuatro horas, por lo tanto tener al bebé cerca para responder a sus demandas alimenticias lacteas es imprescindible. 

La lactancia debe ser un hecho normalizado, natural como la supervivencia de la especie, sin prejuicio alguno y dónde las mujeres que elegimos dar el pecho podamos hacerlo con la tranquilidad y la naturalidad que ello merece. Para mí la maternidad es una opción y asimismo siempre he elegido disfrutarla, y los trabajos tienen su espacio para los adultos y los bebés el suyo, se trata en última instancia de que podamos elegir afrontar el reto de ser madres como nosotras decidamos. 

Otra cuestión es la que supuestamente llevó a Bescansa a llevar a su hijo al Congreso, parece que para reivindicar y visibilizar en un gesto simbólico las dificultades que siguen permaneciendo en materia de conciliación de la vida laboral y familiar. Es un hecho y sería erróneo mortificarla por ello, otra cosa es que según dicen efectivamente existe guardería en la cámara y tras darle el pecho podría haber dejado a su hijo en la misma, pero quizá se trata de que estamos hablando de una institución pública, no hablamos de la empresa privada, dónde ciertamente las dificultades de conciliación son evidentes, ni es generalizada la existencia de serviciso de guardería para facilitar la lactancia ni la normativa española las obliga. Ahí es donde debemos radicar la atención, en que se implanten las herramientas para ello porque lo cierto es que si una mujer decide dar de mamar debe estar el mayor tiempo posible cerca de su bebé para poder hacer frente a esta opción de alimentación. 

Si la diputada de Podemos llevó a su hijo para que se hablara de ello, lo ha conseguido, si fue un acto premeditado para hacer un "postureo" como dicen sobre todo medios cavernarios y fuerzas políticas conservadoras, o ciertos colectivos feministas que están criticando el hecho porque perpetúa la imagen de la mujer como la eterna cuidadora, insisto, el modo en que cada madre lactante decide vivir su maternidad es libre -cuando lo es y se puede refiriéndome a lo señalado anteriormente en cuanto a las facilidades en el trabajo- pero es a mi juicio un poco torpe esta crítica en tanto en cuanto: no creo que Bescansa llevara a su bebé al congreso para hacer una defensa de que las mujeres debamos ser las cuidadoras, sí al contrario de que es un hecho, los datos hablan por sí solos y reflejan que en la mayoría de los casos son las mujeres las que ejercen los afectos, sean hijos o mayores, esa es otra cuestión, la de implantar con osadía las medidas necesarias para establecer la corresponsabilidad en los cuidados y que hombres y mujeres compartamos esta parte tan importante de la vida. Y si la intencionalidad fue producto de una campaña de marketing de esa fuerza política para conseguir una buena foto, en ese caso mi rechazo es claro porque no puede usarse a una criatura para hacer política o llevarse un titular, eso sólo la organización morada lo sabe.

En definitiva, y como siempre hablo por mí, hay que diferenciar entre crianza, tiempos legales de disfrute y dedicación a la misma, lactancia o biberón que lo cambia todo y posibilidades u oportunidades laborales para las mujeres que no estén condicionadas ni castigadas por el hecho de decidir ser madres o por efectivamente finalmente serlo. 

Para mí, como mujer trabajadora, es preciso que en los empleos haya facilidades para ser madre lactante, guarderías públicas suficientes para poder continuar trabajando tras las bajas maternales, espacios infantiles en las empresas privadas para cuando los bebés son lactantes poder dejarlos allí y darles de mamar cuando lo demanden, y por supuesto avanzar en las medidas de conciliación laboral y familiar para facilitar que los hombres puedan ejercer los cuidados en modo de igualdad con las mujeres. (y estoy hablando siempre en el supuesto de que la mujer sea madre con una pareja, y heterosexual, porque la realidad es diversa y hay mujeres que viven solas o cuya pareja es otra mujer y que deciden igualmente ser madres, y al fin y al cabo esta parte de la realidad en todo este guirigay parece que se ha obviado)














































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