Sin perder la esperanza soñar, reír y llorar.
Sin perder la esperanza observar, aprender y actuar.
Sin perder la esperanza, a veces se pierde
Pero gracias a la resistencia humana en los lugares más inhóspito y hostiles no tenemos más obligación que resistir y persistir en ti.
Vida

jueves, 1 de noviembre de 2012

Maneras de morir



1 de noviembre, día de la muerte. La ineludible, la indeseada.

Día en el que, a primera vista, todos los muertos son iguales, porque las familias y los amigos se congregan en los cementerios o en sus casas para recordar a los que ya no están a su lado. Un día triste, sin duda. Y lo digo desde ese rincón personal donde se guardan los recuerdos de los desaparecidos. Que no han sido pocos.

Cantaba Rosendo aquello de "maneras de vivir" con estrofas como "no sé si estoy en lo cierto, lo cierto es que estoy aquí, otros por menos se han muerto, maneras de vivir" y al acordarme de esta copla decidí escribir esta reflexión sustituyendo el vivir por el morir. 

Si algo sabemos seguro en la vida es que nuestro destino como seres mortales está escrito, pero cosa bien distinta es como morimos. Hay muertes naturales por enfermedad o por vejez, muertes que llegan en su tiempo aunque lógicamente no dejan de ser dolorosas, y otras inesperadas y del todo injustas. La muerte siempre es injusta. 

Pero existen otras muertes que no debieron producirse en el momento en que se produjeron. Porque fueron provocadas, porque no era su momento, pero la acción y la mano de los hombres son las que la produjeron. 

Día a día asistimos atónitos a comprobar como el número de mujeres víctimas de malos tratos es un hecho creciente. A manos de sus compañeros, sus vidas son arrancadas de cuajo, sin derecho alguno a defenderse. Muertes producto del machismo, muertes que podían evitarse. El patriarcado y los valores machistas todavía campan a sus anchas y mientras tanto seguimos enterrando mujeres. Y esto es producto de la educación. Mucho daño ha hecho a este país la Iglesia Católica ensalzando a los varones poniéndolos enfrente de las mujeres a las que ha tratado siempre como sirvientas de aquellos. Y mucho daño el de los regímenes políticos que con sus leyes ampararon esta mala educación. Las ideas, no caen del cielo, tienen manos y ojos, tienen cara y estas son las responsables de la herencia violenta que aún persiste hacia las mujeres.

Vemos como el drama de los desahucios también arremete contra la propia vida de las personas. Llevándolas a tomar drásticas decisiones como las de acabar con su existencia ante la desesperación de verse en la calle sin vivienda y ante la impasividad de bancos, jueces y representantes políticos que legislatura tras legislatura no han hecho nada por evitar estos dramas, tanto del PP, como del PSOE. Más muertes que podían evitarse. Porque las modificaciones en la legislación del suelo, las modificaciones hipotecarias y la agilización de los trámites para llevar a cabo desahucios, y las constantes ayudas e inyecciones de dinero a los bancos, tampoco han caído del cielo, sino que han sido firmadas y aprobadas por el bipartidismo de siempre. Aquí también hay responsables de estas muertes, no naturales.

Y hay más. La de los parias de la tierra, los emigrados, los sin nada, los que huyen de sus países porque la pobreza les devora y al intentar llegar a nuestras costas se hunden en el mar. Y esto tampoco es inevitable, y también tiene caras responsables, porque les leyes de extranjería, la política internacional de circulación de personas, se confecciona pensando o no en las personas según quien la haga, y hasta el momento, nadie, ha legislado en favor de los inmigrantes, restricciones y más restricciones, carne de cañón, ganado. Pero cuando hace falta mano de obra barata se le abren las puertas, y si no hay trabajo como ahora, se la expulsa, se la impide entrar y en los casos de las pateras, se las condena a morir dramáticamente en el océano. Despojos humanos consentidos y avalados por la comunidad internacional. Y refrendados por el bipartidismo de este país que siempre ha elaborado leyes para no acogerlos, sino para ahuyentarlos y no tratarlos como seres humanos.

Tenemos a muchos muertos aún olvidados, muchos muertos a los que todavía no se les ha hecho justicia, muertos que yacen en las cunetas por la virulencia de una guerra civil provocada por unos golpistas tras unas elecciones democráticas, muertos que hoy siguen sin tener reconocimiento por parte de algunos partidos políticos, porque no reconocer que en España hubo un golpe de Estado, no reconocer que esto se llama Dictadura, no mencionar a Franco como lo que fue, un dictador, es no respetar la memoria de tantas y tantas víctimas de una vida robada, de una muerte violenta que aún hoy no tiene valor para muchos.
Y es que hasta en esto hay clases, los que usaron las armas para hacerse con el poder nacido del voto popular y que conformó la II República sí tienen bien reconocidas y homenajeadas a sus víctimas, a las que pueden guardar y velar cuando quieran. Estas muertes parece que sí son dignas de reconocer, las otras, las de los defensores de la democracia, todavía no.

El Ayuntamiento de Granada, el pasado viernes 26 de octubre, en la sesión plenaria ordinaria, decidió por la rotunda mayoría absoluta del PP no seguir avanzando en democracia y quedarse anclado en unos valores ciertamente repulsivos. Que el PP no apoyara la moción de IU para que se retirara la simbología franquista de Granada, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, con el riesgo que esto supone de dejar de ingresar 7 millones de euros para el bienestar de los granadinos y granadinas, dice mucho del talante ausente de democracia que gasta el gobierno de Torres Hurtado. 

Está claro que lo que hizo el equipo de gobierno del PP el 5 de octubre en la tapia del cementerio de Granada, fue un paripé, no se lo creen, no lo aceptan, no asumen los errores cometidos porque si lo hicieran no habrían dudado en eliminar de nuestras calles todos los vestigios que aún quedan en nuestra ciudad que representan a una Dictadura militar. 
Para su vergüenza, el Sr. Juan García Montero no tuvo mejor ocurrencia que leer un poema de su hermano Luis García Montero, nada sospechoso de ser de derechas, para mantener toda esta simbología de denominaciones de calles con líderes golpistas, con yugos y flechas por toda la ciudad, con esa horrenda estatua al fundador de Falange en pleno centro de Granada...no se si te habrás enterado Luis, si no, aquí te lo digo, y desde luego que lo lamento, fue una acción totalmente indecente el uso que hizo de tus palabras para defender los valores de un régimen que solo causó muerte y dolor en España. Parece que tu hermano no te conozca, parece que no sepa que militas en la izquierda y militas también en defensa de la memoria histórica. A tus compañeros de IU en el Ayuntamiento de Granada, nos pareció un insulto a tu persona, y muy grave además.

Y por si fuera poco, de golpe y porrazo el gobierno central decide subir 13 puntos el IVA para los entierros. Y tendremos más diferencias entre clases sociales, incluso al morirnos, y mientras a unos no les supondrá esfuerzo alguno seguir pagando las cuotas o tarifas para cuando llegue el día del juicio final, para otros, en vida, ya se les está matando poco a poco, haciendo que la gente tenga que endeudarse para morirse dignamente. Por no hablar de la privatización del cementerio municipal aprobado por el PP de Granada y que de seguro conllevará costes más altos y que se juege con nuestro descanso eterno por parte de los gurús de la muerte ¡La muerte nos sale tan cara!

Por eso tenía que escribir todo esto, porque la muerte es un hecho inevitable, pero no siempre es irresponsable, porque la muerte es un hecho doloroso y digno de ser respetado, pero no para todos, pues muchas tienen detrás nombres, caras, rostros que son los responsables de las mismas, y estas, no pueden quedar en el olvido. Porque la memoria y el dolor, es para todos igual, por mucho que a algunos les cueste entenderlo. 
Muerte no hay más que una, pero las maneras de morir son distintas y en función de ellas, hay que avergonzarse o no de que se hayan producido, de haberlas podido evitar.








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