Sin perder la esperanza soñar, reír y llorar.
Sin perder la esperanza observar, aprender y actuar.
Sin perder la esperanza, a veces se pierde
Pero gracias a la resistencia humana en los lugares más inhóspito y hostiles no tenemos más obligación que resistir y persistir en ti.
Vida

jueves, 10 de febrero de 2011

A simple vista


El sábado pasado como miembro de la Dirección Federal de IU asistí al Consejo Político Federal que como siempre tiene lugar en la sede de Izquierda Unida en Madrid.

Cayo Lara presentaba un informe político en el que nuevamente la política actual tanto de nuestro gobierno, como a nivel europeo se sigue manifestando claramente en contra de los ciudadanos y ciudadanas, anteponiendo los intereses de los mercados financieros, de la banca y de las multinacionales a los de las personas.

Se hablaba también en este informe de la estrategia electoral de IU para las próximas elecciones municipales para las que quedan apenas 3 meses. Hubo un gran debate, más de 50 intervenciones volvieron a poner encima de la mesa que la izquierda se caracteriza por su multiplicidad de opiniones, que en cualquier caso ratifican que el pensamiento único sigue siendo patrimonio de la derecha y que la riqueza y la pluralidad se ubican sin ninguna duda en el seno de la gente que nos consideramos de izquierdas. Al final el debate se centró en un tema: la postura de IU ante el apoyo sindical a la reforma de las pensiones. Sindicatos sí, sindicatos no.

Tras siete horas de palabras una conclusión: IU sigue estando en contra de los sucesivos recortes del gobierno hacia la clase trabajadora, IU no comparte la posición pactista de los sindicatos, pero IU reconoce las limitaciones y la dureza de la capacidad negociadora de los sindicatos, que sí consiguieron que en lugar de darnos 10 puñaladas nos den 2, eso sí, como dicen los jóvenes, esas puñaladas tienen como destinatario al 43% de población más vulnerable en estos momentos para conseguir un empleo y en consecuencia poder llegar a cotizar los 38,5 años necesarios para poder cobrar la pensión máxima, la juventud.

IU reconoce como aliado principal en la lucha contra la explotación laboral y en defensa de los derechos de los trabajadores a los sindicatos, entrar en una política de ataque a los mismos y separarnos por este pacto de los agentes sociales nos haría caer en la trampa de deslegitimar a las organizaciones que hoy por hoy son la única herramienta organizada para seguir manteniendo el pulso a los gobiernos en defensa de la clase obrera. Cierto es su firma y su acuerdo con el pensionazo aleja a IU en este caso concreto, pero justo es reconocer también que IU ha estado de acuerdo con los sindicatos en el resto tijeretazos impuestos a los trabajadores y trabajadoras. IU seguirá movilizándose contra estas políticas, independientemente de la postura sindical en este pacto y la organización en la que milito asume que los sindicatos tienen su autonomía y su soberanía, al igual que IU tiene la suya. Cada uno tiene sus competencias y negocia lo que mejor puede hacer cada uno en su ámbito.

A las 18,30 me subía en el autobús que me traería de regreso a Granada y a simple vista y con la cabeza cargada de ideología, de debates, de pluralidad, yo, que soy una observadora incansable de lo que me rodea, me detuve a mirar tranquilamente la composición humana del autobús en el que volvía a mi ciudad. Gente corriente, jóvenes, inmigrantes, mujeres y hombres que con la mirada cansada y cuerpos desiguales, se buscaban queriendo encontrar puntos comunes y los había en su mayoría. Pero también a primera vista pude descubrir otra mirada, la de los que no te miran a los ojos, sino por encima del hombro, la de la superioridad humana. Y fui consciente en un espacio tan minúsculo, de unas 50 personas, de la desigualdad tan latente en nuestra sociedad, y lo más triste, de que esa superioridad era de una minoría minúscula frente a una mayoría más humilde y más llana. Dos mujeres, rubias, con pendientes de perlillas, sin ánimo de ofender, cargadas con cinco o seis bolsas de compras de las tiendas más "in" de Madrid, apartándose de sus compañeros y compañeras de viaje y en la parada correspondiente para el descanso reglamentario del conductor y por ende de los viajeros, separadas del resto, mirándonos cual especies raras y menores.

Me sobrecogió su prepotencia. Y es que así es como está repartido el mundo, de cada 100 personas 3 poseen tanto como lo que podrían juntar las 97 restantes, es un ejemplo muy casero, muy simbólico, pero que se corresponde con el avance de las desigualdades territoriales y personales por los que se desarrolla este sistema basado en la acumulación de riqueza de unos pocos en perjuicio de los muchos.

Y me molestó esa altivez, lo reconozco. ¿por qué el disponer de más, la tenencia de capital, el nacer en una familia pudiente supone mas ventajas? ¿no trabajamos todos igual, no pagamos todos nuestros impuestos, por desgracia igual? Las diferencias se perpetúan y es verdad que no todos tenemos los mismos derechos de acceso al empleo, ni cobramos lo mismo por igual trabajo, más si somos mujeres, inmigrantes o jóvenes.

Y llegué a casa exhausta tras cinco horas de viaje, pero sobre todo llegué con el convencimiento firme de que las horas invertidas en escuchar y seguir aprendiendo lo que la izquierda debe hacer ante el ataque frontal a nuestros derechos como personas, como trabajadores y trabajadoras, como seres humanos fueron las mejores para seguir diciendo no a los recortes, y para mirar en perspectiva que hasta los sindicatos tienen la capacidad que tienen para negociar, son uno más de los pisoteados por el sistema y en esa misma visión de las cosas comprendí que nada es más peligroso que darle la razón a la derecha y a los gobiernos que hacen políticas de derechas que arremeter contra los que al fin y al cabo siguen batiéndose como IU, como minorías, con los gigantes y los monstruos del sistema, David contra Goliat.

Y no me resigno, porque el enemigo, aunque más fuerte, es menos numeroso, y no me resigno porque en nosotros y nosotras está la respuesta, y sobre todo no me resigno porque no quiero que me sigan mirando por encima del hombro.

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