Sin perder la esperanza soñar, reír y llorar.
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Pero gracias a la resistencia humana en los lugares más inhóspito y hostiles no tenemos más obligación que resistir y persistir en ti.
Vida

jueves, 17 de noviembre de 2016

No es oro todo lo que reluce en la sanidad pública andaluza


Desde que en Granada se tomó la decisión de llevar a cabo la fusión hospitalaria de los hospitales se han producido dos grandes movilizaciones y otras cuantas concentraciones para pedir no sólo el mantenimiento de los dos hospitales sino también cuestiones como que siga Maternidad donde está o la no supresión de las Cocinas. 
Sólo unas cuestiones de andar por casa: 

1) ya de por sí la decisión de construcción del PTS acarreó muchas dudas entre los vecinos y vecinas más afectados que ya tienen bastante follón para entrar a sus respectivos barrios, tanto en el Zaidín como para la Avenida Cervantes, pues confluyen no sólo con la carretera de la Sierra y la Alhambra sino con el Centro Comercial Serrallo por un lado y con el Nevada por otro. Con lo que el colapso de circulación que ya era un embudo lo será aún más con este complejo hospitalario. 

2) parece ser que además los aparcamientos en el PTS son de pago, con lo que esto supone de limitación de la accesibilidad para familias con pocos recursos a un espacio que obviamente es público

3) las movilizaciones han sido lo suficientemente importantes como para que se tome nota y se agilice en cuanto antes la resolución de este conflicto que afecta a una provincia con pueblos a los que se puede llegar a tardar más de dos horas en llegar ante cualquier urgencia a los hospitales. 

4) en los tiempos de construcción de toda la zona de hospitales, traumatología, etc en el distrito Beiro hubo mucha gente que, pensando en su vejez, y que ya lo era, optó por mudarse a vivir allí por la facilidad de desplazamiento hacia estos centros médicos

5) tiene muy poco sentido fundir en una punta de la ciudad de Granada toda la atención médica hospitalaria teniendo en cuenta que en norte y sur hay poblaciones de gran extensión y el traslado supone inversión de más tiempo del que debiera ser necesario con los problemas añadidos de transporte público

 6) como caso concreto puedo decir que no, que la sanidad pública andaluza, de la que tanto se ha hablado y puesto medallas, y con el ánimo absoluto de contribuir a blindarla para garantizar el acceso en igualdad de condiciones a las familias y personas con menos recursos o con enfermedades largas y de tratamientos duros o que habitan en pueblos a mucha distancia de la capital señalar que no, no es oro todo lo que reluce, y no hablo de los profesionales de la medicina, sino de la gestión política que deja mucho que desear, os cuento un par de cosas:

Tengo una hermana, con 39 años, que en septiembre y tras 2 años haciéndose pruebas le diagnosticaron un linfoma de hodgkins, cáncer, parece que es el bueno, y que lo han pillado a tiempo (2 años después...) aunque ahí llevamos la palabreja maldita y hasta que no termine el calvario no nos quedaremos tranquilos. Bien, la unidad en la que le ponen la quimioterapia está detrás del Materno y uno de los días en los que fuí a llevarla no salí de mi asombro: un barracón, con cero intimidad pues todo el mundo ve donde estás entrando y en el que te dan cita a una hora y puedes pasar tres o cuatro esperando a que te llamen. En el 3er ciclo que ha empezado en noviembre pasó 12 horas allí metida, con el cuerpo cortado y hasta con frío por tantas horas, muchas más de las necesarias. Los tres o cuatros días malos que suele pasar esta vez le han durado 8 días. Y además tardaron aún más porque su analítica se había perdido...

Otro asunto concreto, la suegra de esta misma hermana mía, unos días antes de que esta tuviera la cita para la quimioterapia, sufrió un infarto (vive en Cuevas del Campo, un pueblo del altiplano de Granada, a una hora en coche, con su marido, ella con 80 y él con 83 años) a las 5 de la madrugada, y llamaron a Baza a urgencias: no sólo tardaron 2 horas en llegar a su casa sino que quien atendió la llamada primero sugirió a su marido, repito 83 años, que si no podía llevar él a su señora al hospital, descabellado totalmente. Cuando llegó la ambulancia, a las 7 de la mañana, sólo iba en ella el conductor, ni un enfermero o enfermera, nadie que pudiera atender a una persona a la que hace dos horas le dio un infarto. La fortaleza humana es increíble, llegó por los pelos a Granada y aunque está cogida con pinzas, sigue viva. Podría no haber llegado.

Sinceramente, si esta es la sanidad pública con la que tanto se llena la boca la señora Presidenta de la Junta de Andalucía, Consejeros y demás autoridades, es que o la pisan poco o sólo para hacerse fotos de inauguración. El día a día de las personas enfermas es lo que cuenta y esto no puede consentirse. 

Muchos socialistas se han sorprendido, incluso el Alcalde de la ciudad, de tantísima gente que se ha echado a la calle con esto de la fusión hospitalaria. No se, me da un poco la sensación de que no saben que estamos hablando de la salud, y con esta queridos míos, no se juega, es lo más precioso que tenemos y nos afecta a todas. Por eso tiene tanta repercusión y la gente responde ante estos llamados. Aquí no hay que sacar rédito político, aquí están personas de todos los colores ideológicos porque la salud es vital y con ella no caben los negocios. 

Hagan el favor de responder las demandas de la ciudadanía. Los experimentos con gasesosa. La salud no se toca. Pública, universal, accesible y con garantías de calidad.  


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