Sin perder la esperanza soñar, reír y llorar.
Sin perder la esperanza observar, aprender y actuar.
Sin perder la esperanza, a veces se pierde
Pero gracias a la resistencia humana en los lugares más inhóspito y hostiles no tenemos más obligación que resistir y persistir en ti.
Vida

jueves, 12 de agosto de 2010

Me gustan esas mujeres que saben pero no dicen que saben


Resulta que me acaban de confirmar el contenido de los artículos que tengo que hacer para el boletín de IU de Granada llamado Vía Pública referentes a mujer y reforma laboral, yo ya había preparado este, y para no desperdiciarlo, lo publico aquí, que me va a gustar a mí esto de tener un blog donde desahogarme (aunque ya lo haga en mis libreticas)

A finales de julio tres compañeras de IU de Granada acudimos con una Delegación de Mujeres por la Paz a Palestina a un viaje personal, aclaro esto para quien tenga tentaciones de acusarnos de utilizar fondos públicos para viajar, que haberlos haylos, pero eso sí, no íbamos de vacaciones, sino de cooperación, concretamente a Cisjordania. Fuimos con la organización catalana Pau i Ara, no teníamos demasiada información de cual iba a ser el proyecto, sabíamos que haríamos talleres con mujeres y visitaríamos determinadas ciudades, pero no tanto como se hizo. Mejor, quizá de haber sabido donde nos metíamos no hubiéramos ido. Aunque conociéndonos, creo que sí.

El caso es que además de conocer in situ la realidad, no solo de las mujeres sino también de lo que ya suponen 60 años de Nakba, la ocupación, en este viaje yo he aprendido como mujer, muchas más cosas.

A convivir sin competir que no es poco. A hacer críticas sin destruirnos. A querernos y cuidarnos. A decir lo que pensamos. A trabajar como un equipo. A ser cada una de las 20 mujeres que allí estuvimos lo más activistas posibles. Creo que muchas antes de partir no estaban implicadas con la causa palestina, corregirme sino es así, y que el nexo en común entre todas era el trabajar o haber trabajado con mujeres. Ahora, tengo la certeza de que todas hemos vuelto pensando que en la próxima manifestación, concentración o evento que tenga lugar en defensa de este pueblo, acudiremos muy convencidas. Nos hemos traído esto, y mucha amistad, mucha colaboración, mucha ayuda, mucha solidaridad.

Y es que las mujeres, como parte de esa población a la que todavía le falta mucho para lograr la igualdad real, somos colectivo, y algunos hombres dirán: pues nosotros también, pues mira, seguramente sí, pero para ostentar el poder, para seguir mandando, a los hombres no les ha hecho falta nunca colectivizarse pues los derechos siempre han sido suyos.

Nunca debemos olvidar que el feminismo es una lucha ideológica, por los derechos de las mujeres (por favor a quien piense que feminismo es lo opuesto al machismo que se olvide, en todo caso, el contrario es el hembrismo) y que solo siendo parte del mismo es como muchas podemos disfrutar de derechos como el divorcio, el derecho al voto, el derecho a firmar contratos, o realizar operaciones bancarias sin necesidad de tener un varón al lado. A las que lucharon y siguen luchando por nuestros derechos se lo debemos. Y nosotras debemos seguir, porque al igual que con cualquier otro colectivo, ya lo decía Nuria Martí al analizar el conflicto en Palestina, si no se implican los afectados/as el resto solo podremos apoyar, tan solo eso, pero no es nuestra lucha aunque creamos en ella. Lo mismo ocurre con el feminismo, necesitamos hombres feministas, que apoyen, que defiendan, pero sin mujeres, el movimiento se para y se pierde. Y en consecuencia los derechos también.

Adoro a esas mujeres sabias, que saben pero no lo lucen, que saben pero no dan lecciones, sino que escuchan, que observan, que después hablan. A esas mujeres que insisten en si se las está entendiendo, cuando se explican de maravilla, porque resulta que saben perfectamente de qué están hablando. De ellas tenemos mucho que aprender.

Nunca olvidaré esta experiencia con mujeres por las mujeres, por la paz, por el fin de los conflictos, nunca olvidaré su combatividad, su espíritu guerrillero, su atrevimiento, su valentía. De todas. Porque como decía y nuevamente rescato palabras de Nuria: “si viviéramos aquí, estaríamos en la resistencia”

3 comentarios:

  1. Muy buen artículo, logra contagiar lo vivido allí. Y, por supuesto, el feminismo también es cosa de hombres.

    Sólo una cosa: creo que la asociación catalana se llama "Pau Ara" (sin la "i").

    Saludos

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  2. nuevamente Basilio gracias, lo de Palestina da para mucho, aquello es impresionante, hay que ir para verlo, nos llega solo una milésima parte de lo que allí pasa a diario...y sí, claro que hacen falta hombres feministas, muchos!!! ah, y tienes razón es pau ara, me faltaba el "i sempre" y por eso confundí la i latina..gracias de todos modos

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  3. Bien por las granadinas en Palestina, claro que sí, Maite!

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