Sin perder la esperanza soñar, reír y llorar.
Sin perder la esperanza observar, aprender y actuar.
Sin perder la esperanza, a veces se pierde
Pero gracias a la resistencia humana en los lugares más inhóspito y hostiles no tenemos más obligación que resistir y persistir en ti.
Vida

miércoles, 16 de abril de 2014

En marcha la reconstrucción del movimiento democrático de mujeres




Así presentamos el día 12 de abril en la recuperada fiesta provincial del PCA Granada en Maracena el movimiento democrático de mujeres. Prácticamente todo lo aquí recogido son textos extraídos de la página web del PCE, de Mundo Obrero, del movimiento democrático de mujeres, de Julia Hidaldo y de Cristina Simó, así como las noticias originarias del movimiento del año 65 y del 76. He querido trasladarlo al blog para recoger el sentir de esta necesaria organización de mujeres y para que sirva para el mayor conocimiento e impulso del mismo.
En la historia de nuestro país, las mujeres comunistas siempre fueron vanguardia: Carmen Rodríguez, Rosa Pardo, Dulcinea Bellido, Vicenta Camacho,… impulsaron la creación del MDM en España en 1965. Lo que comenzó siendo un movimiento de solidaridad con los presos, pronto comenzó a acoger en su seno reivindicaciones feministas

El Movimiento Democrático de Mujeres nació de la necesidad de recuperar los derechos y conquistas que el fascismo nos arrebató y por la lucha de un cambio de régimen. Las camaradas coincidimos en que ya es hora de recuperar el Movimiento Democrático de Mujeres en España, ya que actualmente no existe un movimiento feminista articulado, por el contrario existe una fragmentación enorme de las organizaciones de mujeres.

El MDM es un frente de masas, cuyo origen se remite al contexto de la dictadura fascista española. Fue la organización en la que se encontraron varias generaciones de mujeres que lucharon contra la dictadura, apoyando desde su creación el trabajo de centenares de mujeres en las tareas de solidaridad con los presos, y liderando la mayor movilización de las masas femeninas desde la posguerra. Mujeres que recorrieron los pueblos, organizando y consolidando colectivos de mujeres. Se organizaron con las trabajadoras, creando una estructura clandestina que contaba con boletín propio, con una comisión de formación, y otra de prensa y radio. Utilizando las estructuras franquistas se organizaron con las mujeres para realizar acciones en los barrios. Este Movimiento fue una destacada página en la historia de la lucha antifranquista.

El MDM debe construirse en base a la idea del discurso materialista y el discurso cultural. Debemos tener en cuenta estas dos realidades, la cultural y la económica. Teniendo claro que el capitalismo cada vez es más incompatible con la vida

Esta propuesta feminista debe conectar con aquellas mujeres que todavía no se han incorporado a la lucha y responder a sus necesidades y ligándolo con la necesidad de un nuevo momento político, de un proceso constituyente y dar soluciones reales a las necesidades de las mujeres.
 
Varias premisas a tener en cuenta: aprender de las experiencias de lucha, empezar a intervenir desde los conflictos concretos, una organización pegada a los barrios, a los centros de trabajo, a los movimientos de afectadas por la crisis, que sirva para conectar con las necesidades inmediatas y también un cambio de régimen económico, social y político.

En definitiva el MDM debe ser un espacio plural donde las comunistas converjamos con otras mujeres, que se caracterice por la unidad de acción y por dar respuesta a las necesidades concretas de las mujeres.

En este contexto en que la mujer está más preocupada por sobrevivir que por luchar por sus derechos, es necesario que se incorpore a la lucha de clases para evitar más involuciones y lograr su emancipación.

El 12 de mayo de 1976  se presentó a los medios informativos de Madrid el Movimiento Democrático de Mujeres-Movimiento de Liberación de la Mujer, en el curso de una rueda de prensa.
Se propugnaba, en conjunto, una serie de reivindicaciones encaminadas a lograr para la mujer el establecimiento de una situación social que permita el desarrollo integral de ésta.


El Movimiento Democrático de Mujeres-Movimiento de Liberación de la Mujer se caracteriza, desde sus inicios, en 1965, por su carácter unitario y su composición pluralista e interclasista. En su seno, participan amas de casa, trabajadoras, profesionales, universitarias y mujeres de distintas ideologías, creencias y filosofías, pertenecientes a diversos estamentos sociales

Rosa Pardo explicó que las condiciones políticas del país no habían permitido hasta ahora encauzar el movimiento feminista.

Se puso especial énfasis en el hecho de que la organización del Movimiento Democrático de Mujeres es «independiente económica e ideológicamente de los partidos políticos y tiene una línea de acción propia, decidida a través de la discusión abierta y colectiva». Sin embargo, el movimiento declara más adelante, en la misma nota: «Al ser un movimiento socio-político, no podemos desvincularnos del contexto político del país. Nuestro trabajo reivindicativo irá encontrando su concreción práctica en la medida en que se vayan dando las condiciones políticas que posibiliten, a su vez, avanzar en el camino hacia nuestra liberación.»

Se señaló que «el movimiento no se define con respecto a la línea de los partidos, puesto que, si lo hiciera, dejaría automáticamente de ser pluralista.

Las premisas fundamentales del movimiento se cifran en la incorporación de la mujer al trabajo productivo, como paso previo a su liberación; eliminación, en el contexto de la enseñanza obligatoria y gratuita, de todo aquello que limite las posibilidades de acceso a la cultura y que suponga una educación diferencial, y abolición de todas las leyes que suponen una vejación para la mujer y la relegan a un puesto secundario en la sociedad.
Para transformar la actual situación de la familia, propone el matrimonio civil, dejando libremente a la pareja la posibilidad del eclesiástico; una ley sobre el divorcio, que haría necesaria la eliminación de la dependencia económica de la mujer; anticonceptivos gratuitos y asumidos por la Seguridad Social y despenalización del aborto.

Tras esta exposición sobre el MDM desde el PCA Entendemos que es el momento de mirarnos en esas experiencias de participación y trabajo, recuperando la mejor de nuestras tradiciones, con un programa revolucionario, centrado en los conflictos mediante el trabajo con las mujeres.

En el Movimiento democrático de las Mujeres debemos participar mujeres, organizaciones y colectivos de mujeres anticapitalistas y antipatriarcales de todo el estado.
Se trata de dar solución a las necesidades reales individuales, de poner en relación la praxis de “organizarse y luchar colectivamente”.

Se trata de articular un discurso feminista que intervenga en los conflictos reales. Se trata de conectar las distintas experiencias de lucha real de las mujeres. Desde el conocimiento de las necesidades de cada entorno, desde las respuestas a esas necesidades.

Se trata de coordinar la unidad de acción de las mujeres en la lucha contra el capitalismo y el patriarcado que nos oprime.

No podemos olvidar que las comunistas de hoy somos herederas de las mujeres republicanas torturadas, exiliadas y asesinadas por su activismo contra la dictadura

Las feministas somos muy impertinentes: ponemos en jaque la moral, las costumbres, el Estado de Derecho. En el frente feminista de convergencia que estamos abriendo, lo privado es público.

Como ayer, el objetivo de las mujeres comunistas del PCE es impulsar un movimiento de mujeres abierto, feminista, en el que converja todo lo violeta.

Coincidimos en que siendo las mujeres doblemente explotadas, por clase y por género, hoy lo son más, pues la crisis está agudizando las desigualdades: aumento de la feminización de la pobreza, hiperprecarización del trabajo feminizado, aumento de la prostitución y sobrecarga familiar en las espaldas de las mujeres, acusada aún más con la falta de servicios públicos y de atención a la dependencia.

En definitiva, el gobierno del PP, heredero del nacionalcatolicismo, suprime las políticas de igualdad y desmantela los recursos que ya, de forma insuficiente, se destinaban a la prevención y protección de las mujeres en situación de violencia de género, dejándolas totalmente indefensas.

Está claro que lo que se pretende es que las mujeres, en tanto que ciudadanas de segunda clase, seamos el burro de carga del trabajo reproductivo y al mismo tiempo el ejército de reserva a merced de los intereses de las empresas, con más flexibilidad horaria y más precariedad laboral. En definitiva las esclavas del capitalismo y del patriarcado.

Por lo tanto, camaradas, unidad de acción, feminismo de clase y a combatir el patriarcado con el movimiento democrático de mujeres. Tenemos tarea, pongámonos a ello.

 

 



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