Así presentamos el día 12 de abril en la recuperada fiesta provincial del PCA Granada en Maracena el movimiento democrático de mujeres. Prácticamente todo lo aquí recogido son textos extraídos de la página web del PCE, de Mundo Obrero, del movimiento democrático de mujeres, de Julia Hidaldo y de Cristina Simó, así como las noticias originarias del movimiento del año 65 y del 76. He querido trasladarlo al blog para recoger el sentir de esta necesaria organización de mujeres y para que sirva para el mayor conocimiento e impulso del mismo.
En
la historia de nuestro país, las mujeres comunistas siempre fueron vanguardia:
Carmen Rodríguez, Rosa Pardo, Dulcinea Bellido, Vicenta Camacho,… impulsaron la
creación del MDM en España en 1965. Lo que comenzó siendo un movimiento de
solidaridad con los presos, pronto comenzó a acoger en su seno reivindicaciones
feministas
El
Movimiento Democrático de Mujeres nació de la necesidad de recuperar los
derechos y conquistas que el fascismo nos arrebató y por la lucha de un cambio
de régimen. Las camaradas coincidimos en que ya es hora de recuperar el
Movimiento Democrático de Mujeres en España, ya que actualmente no existe un
movimiento feminista articulado, por el contrario existe una fragmentación
enorme de las organizaciones de mujeres.
El
MDM es un frente de masas, cuyo origen se remite al contexto de la dictadura
fascista española. Fue la organización en la que se encontraron varias
generaciones de mujeres que lucharon contra la dictadura, apoyando desde su
creación el trabajo de centenares de mujeres en las tareas de solidaridad con
los presos, y liderando la mayor movilización de las masas femeninas desde la
posguerra. Mujeres que recorrieron los pueblos, organizando y consolidando
colectivos de mujeres. Se organizaron con las trabajadoras, creando una
estructura clandestina que contaba con boletín propio, con una comisión de
formación, y otra de prensa y radio. Utilizando las estructuras franquistas se
organizaron con las mujeres para realizar acciones en los barrios. Este
Movimiento fue una destacada página en la historia de la lucha antifranquista.
El
MDM debe construirse en base a la idea del discurso materialista y el discurso
cultural. Debemos tener en cuenta estas dos realidades, la cultural y la
económica. Teniendo claro que el capitalismo cada vez es más incompatible con
la vida
Esta
propuesta feminista debe conectar con aquellas mujeres que todavía no se han
incorporado a la lucha y responder a sus necesidades y ligándolo con la
necesidad de un nuevo momento político, de un proceso constituyente y dar
soluciones reales a las necesidades de las mujeres.
Varias premisas a tener en cuenta: aprender de las experiencias de lucha, empezar a intervenir
desde los conflictos concretos, una organización pegada a los barrios, a los
centros de trabajo, a los movimientos de afectadas por la crisis, que sirva
para conectar con las necesidades inmediatas y también un cambio de régimen
económico, social y político.
En definitiva el MDM debe ser un espacio plural donde las comunistas converjamos con otras mujeres, que se caracterice por la unidad de acción y por dar respuesta a las necesidades concretas de las mujeres.
En
este contexto en que la mujer está más preocupada por sobrevivir que por luchar
por sus derechos, es necesario que se incorpore a la lucha de clases para evitar
más involuciones y lograr su emancipación.
El
12 de mayo de 1976 se presentó a los
medios informativos de Madrid el Movimiento Democrático de Mujeres-Movimiento
de Liberación de la Mujer,
en el curso de una rueda de prensa.
Se
propugnaba, en conjunto, una serie de reivindicaciones encaminadas a lograr
para la mujer el establecimiento de una situación social que permita el
desarrollo integral de ésta.
El Movimiento Democrático de Mujeres-Movimiento de Liberación de la Mujer se caracteriza, desde sus inicios, en 1965, por su
carácter unitario y su composición pluralista e interclasista. En su seno,
participan amas de casa, trabajadoras, profesionales, universitarias y mujeres
de distintas ideologías, creencias y filosofías, pertenecientes a diversos estamentos
sociales
Rosa
Pardo explicó que las condiciones políticas del país no habían permitido hasta
ahora encauzar el movimiento feminista.
Se
puso especial énfasis en el hecho de que la organización del Movimiento
Democrático de Mujeres es «independiente económica e
ideológicamente de los partidos políticos y tiene una línea de acción propia,
decidida a través de la discusión abierta y colectiva». Sin embargo, el
movimiento declara más adelante, en la misma nota: «Al ser un movimiento
socio-político, no podemos desvincularnos del contexto político del país.
Nuestro trabajo reivindicativo irá encontrando su concreción práctica en la
medida en que se vayan dando las condiciones políticas que posibiliten, a su
vez, avanzar en el camino hacia nuestra liberación.»
Se señaló que «el
movimiento no se define con respecto a la línea de los partidos, puesto que, si
lo hiciera, dejaría automáticamente de ser pluralista.
Las
premisas fundamentales del movimiento se cifran en la incorporación de la mujer
al trabajo productivo, como paso previo a su liberación; eliminación, en el
contexto de la enseñanza obligatoria y gratuita, de todo aquello que limite las
posibilidades de acceso a la cultura y que suponga una educación diferencial, y
abolición de todas las leyes que suponen una vejación para la mujer y la
relegan a un puesto secundario en la sociedad.
Para
transformar la actual situación de la familia, propone el matrimonio civil,
dejando libremente a la pareja la posibilidad del eclesiástico; una ley sobre
el divorcio, que haría necesaria la eliminación de la dependencia económica de
la mujer; anticonceptivos gratuitos y asumidos por la Seguridad Social
y despenalización del aborto.
Tras
esta exposición sobre el MDM desde el PCA Entendemos que es el momento de
mirarnos en esas experiencias de participación y trabajo, recuperando la mejor
de nuestras tradiciones, con un programa revolucionario, centrado en los
conflictos mediante el trabajo con las mujeres.
En
el Movimiento democrático de las Mujeres debemos participar mujeres, organizaciones
y colectivos de mujeres anticapitalistas y antipatriarcales de todo el estado.
Se
trata de dar solución a las necesidades reales individuales, de poner en
relación la praxis de “organizarse y luchar colectivamente”.
Se
trata de articular un discurso feminista que intervenga en los conflictos
reales. Se trata de conectar las distintas experiencias de lucha real de las
mujeres. Desde el conocimiento de las necesidades de cada entorno, desde las
respuestas a esas necesidades.
Se
trata de coordinar la unidad de acción de las mujeres en la lucha contra el
capitalismo y el patriarcado que nos oprime.
No
podemos olvidar que las comunistas de hoy somos herederas de las mujeres
republicanas torturadas, exiliadas y asesinadas por su activismo contra la dictadura
Las
feministas somos muy impertinentes: ponemos en jaque la moral, las costumbres,
el Estado de Derecho. En el frente feminista de convergencia que estamos
abriendo, lo privado es público.
Como ayer, el objetivo de las mujeres
comunistas del PCE es impulsar un movimiento de mujeres abierto, feminista, en
el que converja todo lo violeta.
Coincidimos
en que siendo las mujeres doblemente explotadas, por clase y por género, hoy lo
son más, pues la crisis está agudizando las desigualdades: aumento de la
feminización de la pobreza, hiperprecarización del trabajo feminizado, aumento
de la prostitución y sobrecarga familiar en las espaldas de las mujeres,
acusada aún más con la falta de servicios públicos y de atención a la
dependencia.
En
definitiva, el gobierno del PP, heredero del nacionalcatolicismo, suprime las
políticas de igualdad y desmantela los recursos que ya, de forma insuficiente,
se destinaban a la prevención y protección de las mujeres en situación de
violencia de género, dejándolas totalmente indefensas.
Está
claro que lo que se pretende es que las mujeres, en tanto que ciudadanas de
segunda clase, seamos el burro de carga del trabajo reproductivo y al mismo
tiempo el ejército de reserva a merced de los intereses de las empresas, con
más flexibilidad horaria y más precariedad laboral. En definitiva las esclavas
del capitalismo y del patriarcado.
Por
lo tanto, camaradas, unidad de acción, feminismo de clase y a combatir el
patriarcado con el movimiento democrático de mujeres. Tenemos tarea, pongámonos
a ello.
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