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Vida

lunes, 16 de mayo de 2016

La maternidad es un acto de amor

Escribo unas cuantas reflexiones sobre la maternidad tras el debate que se produjo el sábado en la Asamblea andaluza de IU, a propósito de una resolución presentada por el partido feminista para que consideremos como una práctica a prohibir la maternidad subrogada. 

La escribo  ya que no es una cuestión en modo alguno unánime, y prueba de ello fue que si no se llega a pedir votación separada hubiera pasado junto al bloque de resoluciones con unanimidad ya que lo normal es que si no hay votos en contra de un bloque se entienden todas asumidas.

Pero efectivamente la votación separada de esa resolución concreta produjo el resultado que tienen en la imagen del tuit que colgó IU tras la misma (que difiere 89 votos favorables de la que al parecer se contabilizó en la asamblea -200 sí, 88 abstenciones y 33 no-, supongo que por algún error al contar, o quizá el error está en el tuit) 

Más votos arriba o abajo en realidad es indistinto, puesto que lo que importa es que no es un asunto que tengamos consensuado y debatido en esta organización y a mí no hay cosa que me guste más que un debate y un análisis, hecho este por el que voté en contra de la misma.

Creo que hubiera sido mucho mejor votar retirarla o no, para profundizar en el tema en todas las asambleas o en una jornada específica sobre la misma, más que votar sí, no o abstención y salir con una posición que a la vista de los resultados,  sigue mostrando la evidencia de que no es un tema donde IU cierre filas. He recibido mensajes de compañeros y compañeras agradeciéndome abrir el melón en la asamblea. No hay de qué, es sano y necesario discutir sobre la maternidad. También la subrogada...

Nosotras parimos, nosotras decidimos. Este slogan nos está sirviendo por regla general para reivindicar el derecho de las mujeres a decidir que no queremos ser madres, cosa que obviamente comparto, pero, también lo aplicamos al derecho de las mujeres a decidir serlo, y aquí es donde me quiero detener. 

La organización política a la que pertenezco rechaza cualquier tipo de explotación sexual, el proxenetismo, el tráfico de órganos y por supuesto la mercantilización del cuerpo de las mujeres con la maternidad subrogada, entiendo que esto es totalmente indiscutible, y en base a esto, y probablemente por cuestiones morales o éticas, en España no está permitida la misma.

Negocios con nuestro cuerpo y que se nos utilice como fábricas de niños con lo que ello supone de consideración como objetos a las mujeres, así como los daños colaterales que se pueden producir con numerosas gestaciones y los riesgos que conllevan tanto el embarazo como el parto no, está claro que ahí estamos de acuerdo. 

Ocurre sin embargo que no todo es blanco o es negro, ya sabemos que la gama de grises puede ser extensísima. A este respecto debo decir que cada día me siento más alejada de posturas feministas que se dedican más a generar normativas que atacan directamente a los derechos de las mujeres sobre su propio cuerpo, quiero decir que, cuando se instaura una prohibición colectiva supuestamente en base a un interés general o de protección superior, en este caso, supuestamente de las mujeres, la libertad individual de las mismas sufre un recorte para mí cuestionable. Pero debatamos y a ver si así nos convencemos todas.

Soy madre, tengo dos hijos y tuve un aborto involuntario, asumo mi insoportable instinto maternal y es más, con mi primer embarazo pensé que este era mi estado ideal, felicidad suprema, energía, vitalidad, alegría...esto se desmontó totalmente con un parto infernal y con un segundo embarazo pasando los últimos 4 meses de reposo casi absoluto y con complicaciones variadas, pues no, de estado ideal nada.

¿Qué quiero decir con esto tan personal? Pues nada más que la maternidad y me gustaría incluir la paternidad también, son actos de amor, debieran serlo, igual que decidimos no tener hijos, cuando decidimos tenerlos soy de las que piensa que se debe a un acto de renuncia de tu yo individual y a la querencia convencida de cubrir un instinto o necesidad vital que sentimos. 

¿Que existen mafias y traficantes de niñas y mujeres para convertirlas en fábricas de creación de niños para el mercadeo? Por supuesto, y a ello no hay duda de la oposición, pero, no vayamos a hacer como la UE con las políticas migratorias que para eludir su responsabilidad con las miles de muertes en el mar achaca a las mafias la mayor de las culpas. Sabemos que no es así y creo que debemos extrapolarlo a la maternidad subrogada. Serenidad y debate, es peligroso que por querer acabar con un hecho delictivo entremos a legislar sobre derechos individuales y sobre la libertad de las mujeres sobre sus propios cuerpos. 

La ética es otra parte importante de este tema, pero ahí no me voy a detener puesto que en tiempos donde vemos como niños y niñas mueren ahogados en el mediterráneo o deambulan de país en país o de campo de concentración en campo de concentración buscando un asilo o masacrados por invasiones bélicas...la pasividad institucional y el rechazo xenófobo por si solos deberían ser ya delictivos...no, no voy a hablar de ética, ustedes perdonen.

Portugal ha aprobado recientemente la gestación subrogada en casos de infertilidad femenina, aquí el breve de la noticia: 












Es un paso y me parece interesante ahondar en este tema porque yo me planteo varias cuestiones. 

Hay parejas heterosexuales, homosexuales, transexuales, lésbicas, etc...y también, simplemente, no hay parejas y, para mí, cualquiera de ellas tiene derecho a ejercer una tarea ardua y a la vez hermosa como es tener una criatura. Si es que así lo desea.

En el caso de las mujeres en parejas heterosexuales o lésbicas, muchas pasan verdaderos calvarios para poder quedarse embarazadas y en numerosas ocasiones el resultado termina siendo negativo, con lo que al final o recurren a la adopción, cuyos trámites son largos y costosos (y no estoy diciendo que sea contraria a la misma y evidentemente es un medio admitido para no sentirse frustrado ante la no llegada del bebé y a que lamentablemente hay cientos de niños y niñas huérfanos, y por supuesto supone un control y el cumplimiento de la legalidad para evitar el comercio con los mismos,  pero llegar a esto puede sumar al número de años que se pueda pasar pretendiendo quedarse encinta, o que al final se renuncie a tener hijos por puro cansancio o falta de medios económicos)

Pero es que aparte de estos casos, la diversidad de relaciones de pareja no puede conllevar a la consideración de este asunto de la maternidad subrogada como cuestión en la que solo opinemos las mujeres. Por supuesto que es nuestro cuerpo el que serviría para contener esa vida para otra persona, y ahí las mujeres tenemos un peso importante en este debate porque es sobre nuestro cuerpo donde se quiere legislar. En lo que a mí respecta como mujer manifiesto mi discrepancia con que desde el feminismo se me imponga qué debo hacer o no con mi cuerpo, me da la sensación de que o hay muchos feminismos o falta profundizar entre mujeres sobre muchos temas, no sólo de este. Pero, las parejas gays o lesbianas, o las mujeres y hombres solos...para ellos este tema parece que ni les afecta y yo creo que sí.

Al fin y al cabo ¿de qué estamos hablando? ¿no hablamos de la decisión libre, voluntaria, consentida y en última instancia de un acto de amor por el cual decidimos renunciar a muchas de nuestras cosas, o, a vivir la vida de otro modo, por atender a un ser nuevo porque queremos, cuando decidimos ser madres/padres? 

Está claro que en nuestro país, cuando no había más opciones, por imposición "in-cultural" del propio patriarcado de que la función de las mujeres era básicamente casarse, atender al marido y procrear, nuestras madres, abuelas, bisabuelas... sentían como normal esta opción. 

En otros muchos casos ya sabemos, abortos clandestinos con las consiguientes causas que, no en pocas ocasiones, acababan en la muerte de la mujer. Pero seguramente si entonces hubiera los avances de hoy, que ya sabemos que la derecha siempre pretender frenar, con respecto a que no es obligación de las mujeres tener hijos, muchas de ellas no los habrían tenido o habrían tenido menos. 

¿Por qué no somos capaces de entender que a la par que nuestro cuerpo debe ser protegido de mafias y traficantes también lo es para que decidamos libremente sobre él? La maternidad no es una cuestión menor y cuando una persona toma la decisión de serlo debería ser entendido como un acto de amor.

Pongamos también los ejemplos de las casas reales que tienen hijos para conseguir un varón sucesor y así a parir hasta que cambien esa línea sucesoria mientras "sólo vienen niñas". Esto bien podría entenderse como un acto de violencia machista, y no de amor, porque los cuerpos de las mujeres se resienten con los embarazos y los partos y porque al fin y al cabo es una imposición, en este caso con el tinte poco democrático de lo que representa la monarquía, dónde las mujeres no cuentan. 

¿No podemos pensar que hay personas que, indistintamente de su sexo, quieran tener hijos y o bien han pasado por todos esos calvarios de los que hablaba antes (inseminaciones o fecundaciones infructuosas, años de espera, desgaste emocional, depresiones, y, numerosos gastos económicos) no quieran o no puedan pasar por una adopción y podamos como un acto de solidaridad, de cercanía, de amistad, de hermandad, de fraternidad, de vecindad, colaborar en su felicidad poniendo a su disposición nuestro útero fértil?

¿No debatimos entonces sobre un tema que nos puede tocar de cerca y ante esa testitura nuestra posible decisión individual no pueda tomarse porque sólo se analiza desde su punto de vista comercial y de negocio?

Es más que probable que yo personalmente no pudiera hacerlo porque al haber sido madre seguramente no podría desprenderme de una criatura que sale de mis entrañas, pero también es posible que si me encontrara en esa situación y alguien muy querido me lo pidiera, si aceptara fecundarme, tengan muy claro que sería por un enorme acto de amor. Que es como yo entiendo la maternidad. Y no me parecería correcto tener que largarme a otro país o hacer algo clandestinamente si ha sido fruto de una reflexión y de una decisión voluntaria sobre mi cuerpo, mi vida y el modo en el que me relacione con quien me rodee. Si una amiga, una hermana, una compañera...un amigo, un compañero, un hermano me lo pidiera... sería difícil tomar la decisión, pero sería mi decisión y no sería justo que no pudiese hacerlo y que por ello se me considerara una delincuente. No hay lucro, no hay explotación, ya depende de la moralidad de cada cual.

No creo que sea positivo no debatir sobre cuestiones tan importantes y que si generan prohibiciones colectivas paralelamente conllevan la extirpación de una parte de nuestra libertad como mujeres a decidir sobre nuestro cuerpo. Estoy convencida de que son muchas las mujeres que desde el feminismo se van a sentir limitadas, por otras mujeres, en su derecho a decidir. 

Y por supuesto no me parece constructivo no hacerlo en unos tiempos donde los debates deben estar más abiertos que nunca: estamos en momentos de confluencia y cuando se confluye se debe ser muy empático con las opiniones de otras gentes con las que quizá no hemos debatido antes, se tomará la decisión que se tome, pero escuchar es parte de las alianzas, pero vaya, partiendo de que en la organización en la que milito este debate no está ni empezado ni concluido, me es suficiente para empezar. 

No voy a ahondar más porque incluso se podría añadir que si una mujer decide voluntariamente que su cuerpo sirva para hacer feliz a alguien a quien quiere, o que decide consentidamente hacerlo por alguien aunque no le unan lazos de afectividad, los daños físicos podrían ser objeto de algún tipo de contrato de indemnización de daños y perjuicios... se que hay quien lo piensa, de momento lo dejo en lo anterior, porque este siguiente paso ya daría para otro post y requeriría de otra larga reflexión por mi parte ya que aquí, no lo tengo claro. 

En cualquier caso, los prejuicios posibles y los llamados a las prohibiciones por la participación de mafias y demás delincuentes, deben tenerse en cuenta y no deberían ponerse al mismo nivel en el análisis. No es lo mismo cometer un delito  que  actuar sintiendo que ayudas a otra persona a sentirse realizada como padre o madre.
Es preciso que abramos nuestras mentes y separemos la paja del trigo antes de tomar decisiones que pueden suponer coartar otras libertades y derechos, o simplemente, la negación de la posibilidad de que mediante un acto de amor, cubramos la necesidad de ser feliz de gentes a las que queremos. 

No es tan difícil. Ojalá algún día podamos tener ese debate, entiendo por lo ocurrido en Sevilla, que es necesario. Pensemos en las dobles consecuencias de aplicar unas normas que basadas en un feminismo, quizá, no nos represente a todas. No quiero que se decida sobre mi cuerpo, ni para tener ni para no tener hijos, ni si me hago una operación de cirugía plástica o no (aunque yo nunca lo hiciera no es mi cuerpo), o si, en última instancia, decido contribuir a ese acto de amor.

La regulación habría que estudiarla con profundidad y con un claro blindaje y control para no caer en la mercantilización, pero no es necesario empezar con la prohibición general, para mí, no es el camino. Y no voy a graduar mi nivel de feminista. Hechos son amores y no buenas razones. 

111 votos favorables frente a 120 personas que o no están de acuerdo o no lo tienen claro, son unos datos que al menos nos dejan clara una cosa: hay que hablar compañeras, mucho, desde la tranquilidad y desde la apertura de mente, escuchando a otras compañeras en primer lugar porque es sobre nuestro cuerpo sobre el que se quiere establecer una prohibición, pero también a los compañeros, a los que no debemos negarles la opción de ser padres y piensen en esta vía. La maternidad subrogada es otra vertiente de la maternidad. Abramos el debate.


P.D.: Lamento la extensión del post, me da para unos cuantos más también sobre la maternidad, pero soy una pesadilla especialista en hacer nexos de unión entre unas cosas y otras, disculpen las molestias.





































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